2024/03/07

Ay mamá, mamá, mamá

Fue tal el revuelo que marcó "Ay, mamá" de Rigoberta Bandini. Esa canción convertida en himno dedicada a todas nuestras madres. Ellas, que han estado ahí desde la fecundación hasta el parto y la lactancia. Ellas, que siempre tienen caldo en la nevera y que pararían cualquier guerra. Ellas, que les gustaría pero no pueden enseñar el pecho al estilo de La Croix. Ellas, tan arraigadas a nosotros, a sus hijas e hijos, ellas, valientes o no que nos perdonarían por ser tan engreídas. Ellas, las madres, que harían cualquier cosa por la humanidad y la belleza.

De esta canción hecha himno, sacamos diversas reflexiones. Un himno para todas, para las madres, para las que no son madres, para todas. Porque no hay feminismo sin madres, ni madres sin feminismo. Por las madres, por las no madres, por todas.

Y por todas, he aquí un poema como homenaje y tributo a Rigoberta y sus letras:


No sólo dan miedo nuestras tetas


Querida Rigoberta Bandini,

no sólo dan miedo nuestras tetas.

Dan miedo nuestros gritos,

dan miedo nuestras protestas.

De tu himno,

fervientes guerreras.

Nuestras voces no les causa furor sino miedo.

Nuestras canciones no se atreven a entonar.

Ni sus letras se atreven a cantar.

Ni su ritmo se atreven a bailar.

No sólo dan miedo nuestras tetas.

Les da miedo esta humanidad y esta belleza.

De tu canción convertida en himno,

surgirán todas nuestras protestas

y fervientes guerreras.

Ay Rigoberta,

no pudimos sacar el pecho al estilo de La Croix.

Ni acabar con tanta guerra

pese al caldo en nuestras neveras.

Pero de tu himno: 

fervientes guerreras.

Sacando o no el pecho afuera.

A compás:

de una gran y violeta protesta.


Por Cristina Benítez Ramírez, 2º de Integración Social

No hay comentarios:

Publicar un comentario